El OEV señaló que el monitoreo se llevó a cabo a escala nacional con un equipo de 398 voluntarios, sin ninguna afiliación política, distribuidos en cada una de las 24 entidades del país; esto porque no pudieron obtener la acreditación por parte del CNE.
Roger Ruiz Herrera
El Observatorio Electoral Venezolano (OEV) estuvo presente, en calidad de observación independiente, durante la jornada de votación del pasado 6 de diciembre. A partir de la información y muestras obtenidas en el proceso, el observatorio publicó un informe en el que detallan las características más resaltantes, además de las incidencias.
El OEV señaló que el monitoreo se llevó a cabo a escala nacional con un equipo de 398 voluntarios, sin ninguna afiliación política, distribuidos en cada una de las 24 entidades del país.
Graneaditos
En en el evento del 6 de diciembre, los observadores constataron que en el 48% de los centros que tomaron como muestra abrieron todas sus mesas antes de las 7:00 de la mañana; en 46% de los centros lo hicieron entre las 7:00 y las 8:00 de la mañana, lo que supone un retraso en el inicio de la jornada en muchos centros de entre 1 y 2 horas. Las normas electorales establecen que las mesas de votación deben iniciar su funcionamiento a partir de las 6:00 de la mañana.
La baja participación en este proceso también pudo ser registrada por los observadores del OEV: el 64% de centros de votación que observaron tenía menos de 15 votantes en las afueras del centro en el lapso entre las 7:00 y las 8:00 a.m. La misma afluencia se repitió en horas entre las 2:30 y 3:00 de la tarde, y la tendencia aumentó hasta en 83% de los centros observados, 20 puntos porcentuales más que en la mañana.
Protocolos de bioseguridad
Otra práctica a la que estuvieron atentos los veedores independientes del OEV fue al incumplimiento de los protocolos biosanitarios, garantías que el CNE y el Ejecutivo prometieron de cara a la comunidad internacional para poder hacer elecciones en pandemia.
En 33% de los centros muestreados no se encontraron etiquetas para el distanciamiento físico entre los votantes; en cambio, en 66% sí se vieron estos espacios. En cuanto al acceso a los centros, en 19% de los centros no se asignaron límites para la entrada simultánea de votantes. En 51% de los centros observados había miembros de cuerpos de seguridad haciendo uso incorrecto/erróneo del tapaboca (por debajo de la barbilla, en las orejas y/o sin cubrir la nariz); el informe refirió que en el 48% de centros observados sí se cumplió con esta medida de bioseguridad.
En un contexto pandémico, donde la desinfección supone un requisito indispensable, en el 16% de los centros observados no se suministró a cada votante gel antibacterial o alcohol y, más grave aún, en 95% no hubo medición de la temperatura a los electores. Las aglomeraciones o circulaciones innecesarias en los alrededores de los centros de votación fueron comunes en 54% de los centros observados.
Por otro lado, en 32% de los centros que tomaron los observadores independientes como referencia, no hubo personal de seguridad (Plan República, Milicia Bolivariana, PNB, etc.) que vigilara el cumplimiento de las normas de bioseguridad como el distanciamiento, uso de tapaboca, higiene respiratoria y de manos, protocolos de desinfección, etc.). No obstante, en un 67% de los centros observados sí se observó dicha vigilancia.
Por último, solo en uno de cada diez centros observados las mesas electorales fueron dispuestas en espacios abiertos como pasillos, canchas, jardines y
toldos. Entre las recomendaciones dadas por especialistas y organizaciones internacionales, el uso de espacios abiertos para celebración de comicios es preferible antes que los espacios cerrados, donde existe mayores probabilidades de contagio.
Pese a lo anterior, los monitores observaron que en siete de cada diez centros observados la ventilación era adecuada, ante el contexto pandémico.
Puntos rojos y uso de recursos públicos
El OEV señala en su informe de monitoreo que en los alrededores de más del 60% de centros se observó la presencia de puntos rojos. Seis de cada diez centros de votación tenían presencia cercana de puntos rojos, tanto en la mañana como en la tarde. Asimismo, se vislumbraron puntos partidistas de sectores no oficialistas participantes, aunque en mucha menor proporción que el partido oficialista.
Una novedad fue la manera en que funcionaron esta vez los puntos rojos. Anteriormente se encontraban en toldos, pero el pasado domingo los observadores reportaron otras modalidades más «sutiles». Por ejemplo: militantes en pupitres escaneando el carnet de la patria de los electores; ubicación de puntos rojos al lado, literalmente, de los centros de votación; o en grupos de personas sentadas a las afueras de los colegios de votación; incluso, puntos rojos que funcionaban dentro de casas aledañas a los centros.
Los observadores también comunicaron que en 41% de los centros muestreados se evidenció el traslado de electores con recursos públicos. Al caer la tarde esta práctica, que contraría la Constitución y la Ley Orgánica de Procesos Electorales, disminuyó al 39%.
En general, los observadores calificaron la jornada de votación como «pacífica», aunque al menos 5% de los centros de votación se vislumbró la presencia de grupos violentos o armados en los alrededores.
Cierre de mesas, escrutinio y auditoría de cierre
Con respecto a las auditorías, el OEV señaló en su informe que 61% de los centros monitoreados cerró después de las 7:00 p.m.; en 31% de los centros el cierre se dió entre las 6:00 p.m. y las 7:00 p.m., y en 7% las cerraron antes de las 6:00 p.m.
Pasadas las 6:00 p.m. del domingo el vicepresidente del CNE, Leonardo Morales, informó la extensión del funcionamientos de las mesas electorales hasta las 7 de la noche o «hasta que haya electores en la cola».
En relación a las auditorías, los voluntarios del OEV manifestaron que no se les permitió estar en presentes en el acto de escrutinio de votos. De acuerdo con el marco legal, el escrutinio «es de carácter público y los miembros de mesa deben permitir la presencia en el local de los electores y testigos electorales, sin más limitaciones que las derivadas de la capacidad física del local y de la seguridad
del acto electoral».
No obstante, a través de terceros, que sí estuvieron presentes en el escrutinio, informaron que hubo reclamos, quejas o impugnaciones en la gran mayoría de los centros. En contraste, en el proceso de las parlamentarias 2015: en la mayoría de las mesas (94,4%) se permitió la presencia de los observadores del OEV durante la realización del acto de escrutinio.
Ideas finales
A modo de conclusión, el equipo del OEV expresa que las condiciones del evento electoral fueron muy cuestionadas desde el origen de su organización, que diversos sectores manifiestan que no representan a población venezolana, pero además que la comunidad internacional desconoce ampliamente.
Sin embargo, agrega que el proceso que se vivió el domingo agudizará la crisis multidimensional existente en Venezuela y que, si bien es muy necesario, el voto «no es suficiente para encarar la crisis política».
Para este proceso electoral, el OEV indicó que no recibió aprobación del CNE para participar como veedores nacionales, a pesar de haber solicitado formalmente la participación al ente comicial en los mese de julio y octubre.