El rector suplente León Arismendi afirma que debe hacerse un esfuerzo por comunicar al país que el CNE es una institución de todos los venezolanos, que es creíble, manejado con imparcialidad y que sus trámites son transparentes
Roison Figuera / TalCual
Arrancó la carrera por las megaelecciones convocadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) designado por la Asamblea Nacional (AN) de Nicolás Maduro. El nuevo ente rector pisa el acelerador para materializar al evento comicial en el que se elegirán a los gobernadores, alcaldes, diputados regionales y concejales, pero con un peso a cuestas: el sinsabor que la abstención ha dejado en los últimos procesos electorales.
La nueva directiva del Poder Electoral coincide en que la tarea más importante que tienen es devolver la confianza a la ciudadanía en el ente y en el voto en sí; por lo que cabría preguntarse qué debería hacer para devolver la credibilidad a un CNE que durante años ha sido cuestionado y señalado por su parcialidad política en favor del chavismo.
León Arimendi, uno de los rectores suplentes, afirma a TalCual que para revertir los señalamientos que a su juicio pesan sobre el CNE es imprescindible actuar con la mayor transparencia posible en todos los procedimientos.
«Hay que hacer un esfuerzo por comunicar al país que es una institución de todos los venezolanos, que se perciba que el ente que se ocupa no solo del voto sino del registro civil es creíble, que es manejado con imparcialidad y que sus trámites son transparentes», dice León Arismendi al preguntársele sobre qué deben hacer las autoridades del CNE para que la colectividad vuelva a fijar la mirada en las urnas.
«Por ejemplo, tenemos que hacer evidente que no es verdad que los votos entran de un color y salen de otro, que se le asignan a quien no es o que el voto no es secreto», dice, y agrega que además es preciso evaluar temas que involucren a los sectores políticos de uno y otro bando.
Apunta que con el éxito electoral de la oposición en la AN en el 2015 se instaló una confrontación que no ha cesado, con la cual se subió el volumen a la pugna y se puso en tela de juicio la transparencia del organismo.
El gran tema, para León Arismendi
En procesos electorales anteriores, la oposición mayoritaria liderada por el presidente de la Asamblea Nacional (AN) electa en 2015, Juan Guaidó, llamó a abstenerse, en rechazo a la falta de condiciones mínimas necesarias para ejercer el derecho al voto. Entre los puntos que ha exigido la disidencia en todo este tiempo están un cronograma electoral real, así como el cese de las inhabilitaciones a líderes opositores y la intervención de las organizaciones políticas.
«Es un gran tema el de las inhabilitaciones porque forma parte de las garantías democráticas. No es que el CNE tenga competencia en esta materia, pero es cierto que una elección será más potable si todos los que quieren participar lo hacen sin ataduras. Eso haría más creíble el proceso electoral”, subraya León Arismendi, quien en 2017 integró la comisión que se reunió con Nicolás Maduro y la oposición en las negociaciones de República Dominicana.
– ¿Ha habido acercamiento por el G4?
– Yo no lo he tenido. Pero el G4, lo que se conoce como los cuatro partidos principales de la oposición, están al tanto de todo lo que está pasando en el país y como los principales actores políticos tienen que estar en comunicación con el organismo electoral. Ellos tienen su visión particular sobre el CNE. y ustedes saben todo el debate que existe de si participar o no en las elecciones, para lo cual exigen que haya mayor garantía para poder participar.
– Voceros de la oposición han dicho que sería conveniente ratificar a los líderes de cada partido y han propuesto incluso realizar primarias. ¿Estas elecciones primarias pasarían por el CNE?
– Este CNE, si acaso, tendría que apoyarlas en la medida de lo posible, pero las organizaciones políticas pueden efectivamente hacerlas y son ellas quienes deben realizarlas. Es responsabilidad de las propias organizaciones políticas. Quizás el CNE podría apoyar con las máquinas de votación, si es que se le solicita.
León Arismendi, abogado especialista en derecho laboral recuerda que las primarias se hacen cuando no hay acuerdos en los partidos sobre quién o quiénes serán los representantes en una elección, por lo que ratifica que el CNE no tiene por qué participar más allá del apoyo técnico.
La teoría y la práctica
– En la práctica: ¿Qué puede hacer el CNE para ganar la confianza del electorado, máxime en momentos en que la prioridad de la ciudadanía es resolver los problemas que se han profundizado debido a la crisis, así como la pandemia?
– No es fácil. Es una tarea que involucra a todos los actores políticos y en la que debe haber un concurso de voluntades en la misma dirección. Este es un país que tiene 20 años en un conflicto político que no encuentra solución, es un país fragmentado donde la controversia política ha tenido decibeles muy altos.
Fíjate: he dicho varias veces que la oposición política venezolana se incorporó a la ruta electoral en 2006 cuando se postuló a (Manuel) Rosales y para entonces la relación interna (en el directorio del CNE) era de cuatro a uno. Es decir, los factores políticos deben contribuir.
En la medida en que los partidos políticos habían decidido transitar por el camino electoral, el conflicto sobre si se cambiaban los votos o el resultado en el sistema automatizado se iba disipando porque había comunidad de propósito, en el sentido de que los partidos estaban interesados en construirse, en hacer campaña, en hacer lo que hace el activismo pensando: que era posible acceder al poder por la vía electoral, desde el 2006 a 2015 fue un largo recorrido que dio el resultado que tuvo.
– Yendo a un aspecto técnico: ¿Cómo encontraron el CNE? Tenemos entendido que hubo una desbandada ¿Hay personal suficiente como para llevar adelante unas megaelecciones?
– Ese es un reto. En toda la administración pública ha habido deserción. Sin embargo, se anunció la elección con una cantidad de auditorías para lo cual existe el personal técnico y, bueno, lo informó el rector Roberto Picón, quien conoce el tema y está haciendo un gran esfuerzo. Es decir, hay apoyo técnico y formativo para garantizar que esos procesos se hagan, pero es allí donde nuevamente es necesaria la participación porque la conformación de las mesas y todo el tema de infraestructura se hace con voluntarios.
La convocatoria se hizo y se supone que existe el personal para llevarla a cabo, es cuestión de hacer la evaluación de dónde hace falta más personal y buscarlo, pero repito que buena parte de la infraestructura está encomendada ya a personal del CNE.
– ¿Cómo ha sido la comunicación con los tres rectores oficialistas y sus suplentes?
– Hasta ahora esa relación ha sido fluida, respetuosa, tenemos que aceptar que vamos a trabajar juntos en esta tarea complicada. Hasta ahora no ha habido ningún impase, todas las cosas están fluyendo.
Además, todas las decisiones han sido tomadas en unanimidad, ha habido colaboración entre los rectores. La interacción entre los cinco principales ha sido una relación de cooperación, espero se mantenga y sigamos en esa misma lucha por los propósitos comunes.
– Hace días, Enrique Márquez decía que su deseo era llegar a unas elecciones “medianamente transparentes”. El comentario causó revuelo entre mucha gente porque decían que cómo es posible que se aspire a esto ¿Qué opinión le merece esto?
– Bueno, yo no oí la entrevista, pero sí vi los comentarios. Aunque no me toca interpretar al rector Márquez, hay que ver cómo se enfoca el tema, entre lo que hay y lo posible, entre lo que existe y lo que es posible. Es una tarea y el esfuerzo es por lograr la mayor transparencia posible. Repito: en un país con estos niveles de conflicto, la designación de un organismo electoral en el que una parte del partido ‘x’ no termina de verse reflejado en la decisión, por las razones que sean, pone duras las tareas por delante.
– El CNE ha sido una traba para las elecciones de sindicatos ¿Qué pudiera hacer León Arismendi para mejorar esta situación y hacer que se hagan las elecciones como debe ser?
– Hay una circunstancia favorable y es que en 2019 se publicó el informe de una Comisión de Encuesta, que es la instancia más alta de investigación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el que se habla, entre otras cosas, de la libertad sindical.
Ese informe tiene un conjunto de recomendaciones al gobierno venezolano para que verifique las normas, uno de esos problemas está señalado en el informe.
El informe recomienda «la eliminación de la figura de la mora electoral y la normativa de elecciones sindicales de manera que la intervención del CNE sea facultativa y no suponga un organismo de injerencia en las organizaciones”.
En la reciente reunión del Consejo de Administración de la OIT se ratificó que el gobierno tiene la obligación de acatar esta recomendación. La democratización de los sindicatos no es un tema de Estado sino de los trabajadores.