Ocho de los estados en que el ganador obtuvo menos de 10 puntos porcentuales sobre su más cercano competidor, podrían tener candidato designado por la dirección de la tolda roja. En este análisis presentamos a quién buscaría favorecer la revisión.
José Luis Carrillo
En mayo de este 2021, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) anunció un proceso de elecciones primarias para escoger a sus candidatos con miras a las elecciones regionales y locales del 21 de noviembre. El proceso se haría mediante comicios abiertos en el que todos los inscritos en el Registro Electoral (RE) podrían participar, una modalidad con la que se busca acercar a los candidatos con los electores más allá de los militantes de la organización.
Pero poco a poco, lo que pintaba como un proceso democrático para acercar las decisiones al pueblo fue perdiendo ese carácter; primero se anunció que la Dirección Nacional debía dar permiso a que los aspirantes se postularan. Ahí quedaron por fuera dirigentes como Francisco Arias Cárdenas, quien quería volver a competir por la gobernación del Zulia; Elías Jaua, quien marginado de la directiva del partido tenía aspiraciones para competir por la gobernación de Miranda; y la alcaldesa del municipio Libertador, Érika Farías, además de varios diputados a la Asamblea Nacional.
Luego del proceso de postulaciones del 27 de junio, que fue llevado a cabo por las diferentes UBCH a escala nacional, y de que la directiva de la tolda roja manifestara su orgullo porque más de 100.000 personas fueron postuladas a las diferentes candidaturas, el vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, informó que las primarias, a realizarse el 8 de agosto, se limitarían a los candidatos a gobernadores y alcaldes y que la Dirección Nacional decidiría sobre los aspirantes a legisladores estadales y los concejales. Un balde de agua fría a las miles de personas que se inscribieron para competir a las primarias para buscar ser abanderados para estos cargos.
Con la revisión, la Dirección Nacional se impone
Llegó el día de las primarias y la Dirección Nacional resaltaba en sus intervenciones en los medios del Estado lo “democrático” que estaba siendo el partido, que a diferencia de las organizaciones de la oposición permitía a sus bases escoger a los candidatos. Al final de la jornada el partido dio un primer boletín de resultados, destacando la participación de más de tres millones de personas, menos de la mitad de los 7,8 millones de militantes que dicen tener.
Pero 24 horas más tarde, en ocasión del segundo boletín de resultados, toda aquella ostentación de democracia se cayó, la Dirección Nacional anunció que se iría a “revisión” de resultados en aquellas entidades donde el ganador obtuvo menos de 10 puntos porcentuales sobre su más cercano competidor, una regla nueva que se sumaba a aquella que sí figuraba en las normas del proceso según la cual, para llevarse la victoria definitiva, el ganador debía obtener el más del 50% de los votos, algo que se hace en elecciones donde hay una segunda vuelta.
El caso es que, curiosamente, en la casi totalidad de esas entidades donde los resultados irán a revisión, la tendencia que salió desfavorecida fue la del primer vicepresidente del partido, Diosdado Cabello.
En efecto, los aspirantes auspiciados por el número dos del chavismo salieron con las tablas en la cabeza en estados emblemáticos como Aragua, Bolívar y Monagas, la cuna del vicepresidente del PSUV.
Revisión será en estados claves para Cabello
Resaltan en este caso los gobernadores de estado que están alineados con Cabello, como Justo Noguera Pietri, mandatario regional del estado Bolívar (a quien se entregó la gobernación entre denuncias de fraude por parte del candidato opositor Andrés Velásquez en 2017), quien en esta ocasión cayó derrotado a manos de Tito Oviedo. También está Ramón Carrizalez, gobernador de Apure, quien perdió ante Pedro Leal.
A ellos se suma el gobernador del estado Aragua, Rodolfo Marco Torres, otra de las fichas de Cabello en el reparto del poder regional, quien fue superado por Karina Carpio. Todos estos gobernadores son militares retirados.
Además de ellos, salió derrotada una gobernadora que, sin provenir del estamento militar, es allegada a cabello, Yelitze Santaella, quien no logró ser favorecida por los votantes de Monagas, estado natal del capitán Cabello, que se inclinaron en su mayoría por Leudi González. Monagas es fundamental para Cabello, pues es su estado natal.Y esto en cuanto a gobernadores en ejercicio, pero en otras entidades los candidatos de Cabello también fueron rechazados por el electorado.
Es el caso de José Vielma Mora, quien enfrentó a Rafael Lacava en Carabobo en un intento de Cabello de recobrar uno de sus bastiones, en tiempos cuando el gobernador era Francisco Ameliach, otra de sus fichas. También ocurrió algo similar en Lara, donde ganó Adolfo Pereira, del sector de Carmen Meléndez, vinculada a Nicolás Maduro, dejando sin chance a Pedro Alastre, ficha de Luis Reyes Reyes, otro militar del círculo cercano de Cabello.
Conquistas y retención de bastiones
A pesar de estas derrotas, Cabello obtuvo plazas importantes como Táchira, por intermedio del actual “protector” de esa entidad, Freddy Bernal, y conservó entidades como Zulia y Yaracuy.
Sin embargo, el gran ganador fue Nicolás Maduro, quien impulsó las candidaturas que resultaron ganadoras en Anzoátegui, con el periodista Luis Marcano; Falcón (Víctor Clark), Sucre, donde Gilberto Pinto se impuso al alcalde de Cumaná; Luis Sifontes, quien era respaldado por Diosdado Cabello, y los estados ya citados, Aragua, Carabobo y Lara.
Otra de las tendencias del PSUV que salió favorecida fue la de Tarek El Aissami, aunque este forma parte del círculo de Maduro. En Trujillo, Hugo Cabezas fue el aspirante favorecido y en Nueva Esparta lo fue Dante Rivas, ambos allegados del expresidente ejecutivo y exgobernador del estado Aragua, al igual que Jehyson Guzmán, abanderado del PSUV en Mérida.
La almiranta Carmen Meléndez viene creciendo en influencia, aunque es también aliada de Maduro, consiguió ser la candidata para la alcaldía del municipio Libertador, en Caracas a la vez que una de sus fichas conservó para su grupo la candidatura a la gobernación del estado Lara.
Otro que viene ganando espacios es el gobernador del estado Miranda, Héctor Rodríguez, quien prácticamente no tuvo rivales al serle negado el permiso a Elías Jaua para competir. El nuevo candidato a gobernador del estado La Guaira, José Terán, es muy allegado a él y eso incrementa su liderazgo.
Otros estados consolidaron liderazgos regionales, como el del gobernador José Vásquez en Guárico, quien fue alcalde de Camaguán y goza de buenos niveles de popularidad; Lizeta Hernández en Delta Amacuro, donde es gobernadora desde 2008, y Margaud Godoy en Cojedes.
El súper cogollo es el que decide con la revisión
El dirigente político Rodrigo Cabezas, economista, exdiputado y expresidente del Banco Central de Venezuela (BCV), afirma con respecto a lo acontecido con las elecciones primarias del PSUV que esta organización política se ha convertido en una de las más centralizadas que existen en América Latina, que fue asumiendo una estructura casi que militar donde no se decide sino lo que tres o cuatro miembros de un “súper cogollo” acuerdan.
Hace énfasis en que se trata de una burla a las bases del movimiento, que se convocó a consultas previamente para pasar a elegir diputados a los consejos legislativos estadales y concejales y luego dijeron que no habría primarias para esas dos instancias sin que nadie pudiera decir nada, con lo que miles de candidatos serán elegidos ahora por el cogollo.
“El corolario de todo esto, es que para seis o siete gobernaciones se inventaron que el que no tenga más de 10 puntos no garantizaba la victoria, esto lo hacen con la finalidad de resolver las discrepancias que tienen para la distribución entre el madurismo y cabelllismo”, expresa.