Aunque la relación entre Venezuela y Cuba es estrecha, la isla caribeña no tiene acceso a la información de las máquinas. Los votos son transmitidos a los centros de totalización mediante una red privada, la cual cuenta con sus respectivos protocolos de seguridad
Valentina Gil.
El fallecido expresidente Hugo Chávez afirmó en 2007 que “Venezuela y Cuba son una sola nación”. Durante 20 años, ambos países han intercambiado bienes y servicios mediante el Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela (CIC).
Además de enviar petróleo y otros productos a Cuba, en 2011 fue desplegado el cable de fibra óptica Alba-1. Tiene 1.600 kilómetros, se extiende desde La Guaira hasta Siboney, en Cuba, y se puso en operación a partir de 2013.
El objetivo de esta obra de 70 millones de dólares era dar acceso a internet de banda ancha a la isla, bajo el argumento de que Estados Unidos bloqueaba la conexión. A raíz de este evento, nació el rumor de que era posible transmitir las actas de votación a Cuba por esta vía.
Consultamos con los lectores de los medios que conforman la Alianza Rebelde Investiga (ARI), TalCual, Runrunes y El Pitazo, cuáles son los mitos que habían escuchado sobre el sistema electoral venezolano. En esta segunda entrega, el mito es: ¿Existe un cable submarino que llega a Cuba para transmitir y modificar los votos?
El rector Roberto Picón explicó que el CNE cuenta con dos centros de totalización que garantizan una operación continua en caso de algún evento de fuerza mayor. Dichos centros tienen dos funciones fundamentales: recibir y descifrar los mensajes encriptados con las actas que originan las máquinas de votación y totalizar esas actas para adjudicar el resultado de cada elección.
La transmisión de las actas de votación se realiza a través de una red privada y no por internet. “Solo las máquinas de votación debidamente identificadas pueden originar mensajes en la red y esos mensajes solo se pueden recibir en los centros de totalización a partir de las 6:00 pm del día de la elección”, aseguró el rector.
Para brindar mayor seguridad, la operación es cifrada con una clave única para cada mesa, tal como comprobó la Red de Observación Electoral Asamblea de Educación. Entonces, los mensajes solo puedan ser descifrados por el sistema de totalización.
Por otro lado, el acta de escrutinio se imprime automáticamente al cierre de la votación. Solo después de este paso, se transmite, según los expertos en informática y ciencias de la computación que auditaron el sistema automatizado de votación.
De esta forma, los testigos de los partidos políticos pueden verificar que la información transmitida y publicada por el CNE es la misma que fue impresa en la mesa. “El sistema automatizado de votación garantiza la seguridad e inviolabilidad de la voluntad de los electores”, afirmó Picón.