El coordinador de Cecodap indicó que la participación de menores en la consulta, no puede ser un acto decorativo, simbólico o un proceso manipulado, «debe ser un proceso respetuoso a la condición de los niños y los adolescentes como ciudadanos»
Yeannaly Fermín – Runrunes
Este martes, 21 de noviembre, el gobernante Nicolás Maduro informó que dio instrucciones para organizar un proceso electoral en el cual los estudiantes menores de 18 años puedan votar en los liceos en la consulta que se realizará el próximo 3 de diciembre sobre el Esequibo.
«Ya le he pedido a Jorge Rodríguez que elabore un programa, un software, para que los estudiantes hagan sus mesas de votación y voten todos, como un jercicio de soberanía», dijo Maduro en una transmisión por el canal del Estado.
El gobernante también encargó a todas las universidades del país a realizar sus 1×10 y llevar a todos los estudiantes universitarios a votar.
Sobre el anuncio hecho por Maduro, Carlos Trapani, abogado y coordinador general de los Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap) indicó que la organización siempre apuesta a los procesos de participación de niños y adolescentes.
Explicó que la Constitución y la Lopnna reconoce que los niños y adolescentes son objetos de derecho, por lo tanto, ellos perfectamente pueden expresar sus opiniones y puntos de vista libremente y ejercer una ciudadanía activa.
Sobre si la incorporación de menores al proceso de consulta constituye una violación a la normativa, Trapani indicó que el hecho de no representa violación a ninguna norma, ni legal, ni constitucional, «solo que esa participación debe ser voluntaria informada y respetuosa».
«El problema no sería tanto promover los espacios de participación, sino el uso que se le dé a esa información y que no se utilice la figura de los niños como una excusa con fines partidistas», enfatizó.
Aspectos a considerar
A juicio de Carlos Trapani hay varios aspectos que deben considerarse en este proceso y uno de ellos es cómo se va a materializar.
Otro es que la participación en el ejercicio «no puede ser un acto decorativo, simbólico o un proceso manipulado», sino más bien «un proceso respetuoso a la condición de los niños y los adolescentes como ciudadanos».
«El reto es que cada familia pueda acompañar el proceso e informar lo que ocurre con el Esequibo como un problema nacional, pero también como otros problemas que afectan al país», finalizó.