El candidato presidencial de la Acción Democrática judicializada apuesta por la conciliación con todos los sectores para lograr un cambio político «en paz». No duda que la campaña «va a estar marcada por las falsedades», especialmente impulsadas en redes sociales. Luis Eduardo Martínez basa su propuesta de gobierno en la recuperación económica con inclusión social, un «milagro económico» que espera concretar con el levantamiento de sanciones y el apoyo de organismos internacionales
Luisa Quintero / Tal Cual
Si algo busca el ingeniero Luis Eduardo Martínez, aparte de la Presidencia de la República, es la conciliación con diversos sectores. Asegura que en varias oportunidades ha demostrado que es «un gran conciliador», mientras se reúne con otros candidatos, representantes del oficialismo y oposición, embajadores o representantes de multilaterales. Lo apoyan en su primera candidatura presidencial una variedad ideológica de tarjetas, además de la Acción Democrática (AD) judicializada.
En ese entendimiento, dice Martínez, es posible «lograr el cambio que todos demandamos» además de la paz que busca establecer con un gobierno cuyo pilar es la recuperación económica y los servicios básicos. Un «milagro económico», asegura, que depende del levantamiento de sanciones, el retorno de dineros venezolanos congelados en el extrajero y los créditos que pueda conseguir con organismos internacionales.
¿La vía para conseguir todo su planteamiento? El voto, no importa el candidato opositor. «El hecho de haber llamado a votar forma parte de mis convicciones y hoy, reitero, estoy convencido que era lo correcto», asegura Martínez en conversación con TalCual, luego de haber estado en la isla de Margarita y planificando sus salidas a los estados Mérida, Táchira y Guárico.
–¿Por qué lanzarse ahora como candidato presidencial?
—Creo que el país necesita hombres y mujeres dispuestos a dar lo mejor de sí, porque se produzca la reconciliación nacional, de entendimiento y en paz lograr el cambio que todos demandamos. Tengo, a veces me suena difícil decirlo, las credenciales, la experticia, las condiciones para ser un presidente que no solamente garantice la paz, sino que haga posible un milagro económico que es lo que perseguimos.
–Es uno de los tres candidatos con la mayor cantidad de tarjetas, ¿espera concretar nuevas adhesiones antes del 28 de julio?
—Claro que sí, estoy trabajando con eso. Diariamente le dedico muchas horas a reuniones de entendimiento, conversaciones con otros candidatos y no tengan ninguna duda que en los próximos días o semanas los vamos a sorprender con nuevos apoyos. Hasta 10 días antes de las elecciones tenemos la oportunidad de hacerlo.
–¿Cuáles son sus propuestas de gobierno?
—Tenemos un plan de gestión de gobierno que presentamos al CNE, pero que fue enriquecido posteriormente con el plan de Copei. La clave de nuestro planteamiento es la recuperación económica con inclusión social. Un verdadero milagro económico, crecimiento interanuales del PIB de un promedio del 10% que garantizaría entonces que la economía venezolana nos condujera a prosperidad generalizada, con incremento de sueldos, salarios, jubilaciones y pensiones; con planes para el retorno a los muchachos al hogar; con la conversión de la industria petrolera, que es la plataforma fundamental para ese proceso de recuperación económica; priorizando la educación, la salud y el ambiente.
Empezamos a hacer el planteamiento de la necesidad de dolarizar los salarios como último paso hacia la dolarización de la economía. Explico en una columna que publico semanalmente que hace muchos años, en mi tesis de MBA (Master of Business Administration), le dediqué mucho a investigar los procesos de dolarización en el mundo, y que incluso se llamó «¿Es conveniente la dolarización para Venezuela?».
En Venezuela, de facto, se ha venido dando un proceso de dolarización solo de los precios, pero no de los salarios y el próximo paso que corresponde es dolarizar los salarios. Es posible y fácilmente implementable porque la dolarización de la economía hizo posible romper con uno de los cuellos de botella, que era la conversión de la base monetaria en dólares. Hoy la base monetaria, según Cedice, no llega a mil millones de dólares y las reservas internacionales tocan los 10.300 millones, según el Banco Central, con lo cual Venezuela debe avanzar hacia la dolarización de los salarios, por lo cual pasaríamos a una dolarización de la economía. Ese es parte del milagro económico que buscamos.
–¿Cómo lograr ese milagro económico con recursos económicos limitados según lo ha dicho el gobierno?
—No tengo dudas que el Gobierno que lideraremos, electo el 28 de julio, va a lograr el levantamiento de las sanciones, tanto las de Estados Unidos como las de Unión Europea, que son las que más pesan. Con la liberación de las sanciones es posible, por una parte, disponer de cuantiosos recursos que están retenidos, en el oro que está en Londres, los derechos especiales de giro que están en el Fondo Monetario Internacional, los recursos que están en el Novo Bank, en Citibank. Esas son cifras que, de acuerdo a nuestros técnicos, rondan los 21.000 millones de dólares que nos permitirían para el arranque de ese proceso de recuperación económica.
Inmediatamente después, con la extinción de las licencias, está la posibilidad cierta de inversiones cuantiosas en el área petrolera. Llevar la producción petrolera de 850.000 barriles diarios a unos tres millones de barriles diarios en una primera etapa con Chevron, con Shell, con ENI y con Repsol como puntas de lanza de este proceso. Con BP también, con quienes hemos hecho algunos contactos previos. Eso hará posible que en el corto plazo se produzca un incremento en los ingresos, un incremento en la demanda, en la capacidad de compra y una reactivación de la economía en su conjunto.
–¿También está dentro de todo ese proceso, por ejemplo para atender los servicios básicos, ese fondo que sería administrado por Naciones Unidas?
—Sí, hay 2.500 millones de dólares que se acordó incluso en la ronda de conversaciones de México liberar fundamentalmente para la recuperación del sistema eléctrico, la atención a un número de centros hospitalarios y educativos, e incluso para atender a las familias damnificadas hace ya casi dos años de Tejerías y El Castaño-Palmarito. Adicionalmente a eso hay fondos en la Corporación Andina de Fomento a los cuales Venezuela pudiera acceder y que, en su momento, se presentaron los proyectos solo para el rescate del sistema eléctrico.
Yo estuve en Washington meses atrás y conversé informalmente con funcionarios del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo y me dijeron que una vez pasada las elecciones, resuelto el problema de las estadísticas, que es uno de los puntos también que hay que resolver, de los nudos críticos en Venezuela, pudiéramos entonces gestionar recursos. Algunos reembolsables y otros no reembolsables, yo tengo bastante experiencia con eso. Cuando fui gobernador de Monagas (1996-2000) logré unos 55 millones de dólares del Banco Mundial para la rehabilitación de sistemas de acueducto y unos 60 millones de dólares para rehabilitación de nuestras vías, con lo cual el proceso de negociación sabemos hacerlo, sabemos a quién tocar y sabemos cuál es la metodología que tenemos que utilizar para accesar esos recursos. Hay miles y miles de millones de dólares, buena parte de ellos no reembolsables, a los cuales Venezuela pudiera acceder.
Campaña real vs redes sociales
El candidato de AD hace una crítica por el protagonismo de las redes sociales en esta campaña electoral, que no duda esté “marcada por falsedades” difundidas por actores interesados.
«Hay una exacerbación del peso que supuestamente tienen las redes, sobre todo por el efecto de los bots. Nosotros no perdemos la calma con eso, estamos trabajando intensamente», asegura.
También lanza sus puntas a sus contrincantes que apenas están tomando las calles. Martínez, que ha recorrido cuatro estados en el último mes, dice que se concentra «en lo que tiene que hacer un candidato: visitando, contactando y presentando su propuesta. Yo no me quedo en mi casa».
–Hay un sector de la población que tilda su candidatura como «alacrana», como «traidora». ¿Qué les dice a estos venezolanos?
—Si fuéramos a hacer buena la calificación o el calificativo, hoy todos somos alacranes (risas). ¿A quiénes se calificó de alacranes? Un epíteto por cierto que acuñó un amigo mío, a quien felicito siempre sobre todo porque está trabajando en el sector privado y nada tiene que ver con el quehacer político. Calificaron de alacranes a aquellos que creíamos en las elecciones, que propiciamos la participación en los procesos electorales, que no creemos en los atajos, en las invasiones o sanciones.
El término de «alacranes» surgió de la bautizada «operación Alacrán», una serie de sobornos a al menos 20 diputados de la Asamblea Nacional 2015 para cambiar su posición y no respaldar a Juan Guaidó como presidente del parlamento venezolano. Esta acción derivó en la autojuramentación de una directiva paralela, presidida por Luis Parra, expulsado de las filas de Primero Justicia.
Luis Eduardo Martínez insiste en que todos los sectores apuestan por la vía electoral. «Todos lo que son dirigentes políticos en Venezuela han dicho que la única salida son las elecciones así que pudieran más bien excusarse frente al pueblo de Venezuela los que utilizan estos epítetos como un descalificativo, porque lo que se demostró es que quienes teníamos la razón de llamar a votar fuimos nosotros. Si lo hicieran seguramente serían mucho más honestos consigo mismos».
–Hace unas semanas se conoció la renuncia de los coordinadores de AD en Amazonas y Portuguesa, además del buró sindical en Mérida. Todos alegaban que su candidatura «no levanta». ¿Hay descontento general en AD?
Aunque los dirigentes regionales mostraron sus diferencias publicamente, Martínez asegura que se trata de un fake news y explica que ya tiene en su agenda varias reuniones con ellos.
—El secretario general de Amazonas me espera entre semana, me pasó la gira, lo que de hecho está desmintiendo lo que salió. Desayunamos temprano con el secretario general de Mérida, que me pasó la gira que vamos a hacer este viernes, sábado y domingo (pasados) en Mérida. Entre otras cosas, vamos a tener un acto con la dirigencia sindical. Otro fake news. Lamentablemente esta es una campaña que yo no dudo va a estar marcada por las falsedades y tenemos que mantener la calma. A quienes son novicios en el quehacer político, y eso incluye a muchos comunicadores sociales, les digo que las elecciones como en el béisbol se deciden el día 28 de julio en nuestro caso. En una entrevista que me hicieron, le pregunté a una periodista amiga que yo quisiera saber si las elecciones se ganan con likes o con votos.
–Hay ONG y organismos internacionales que hablan de un cierre del espacio cívico por las detenciones y amenazas contra opositores. ¿Cómo se recorre un país bajo este escenario?
—Como lo recorro yo, como lo recorre María Corina (Machado) y otros dirigentes políticos. Quiero dejar claro que yo tengo un gran aprecio, incluso tenemos una vieja amistad con María Corina. Yo acabo de ver a María Corina en Trujillo, en Maracaibo y en otras ciudades del país y la vi haciendo actividades políticas. Yo mismo, reitero, acabo de recorrer buena parte del occidente venezolano y no tuve ningún tropiezo y veo al resto de los dirigentes en la calle haciendo actividades.
Creo que eso también forma parte de una narrativa que en nada contribuye a motivar a la gente a votar, pero el que dude que en Venezuela hay una campaña abierta, pues basta con asomarse a cualquier medio de comunicación para ver que sí están en campaña varios de los candidatos. Hay algunos que prefieren otra manera de hacer las cosas pero, reitero, la manera que yo conozco no es estar en el balcón de mi apartamento tomando té o cafecito mientras todos estamos subiendo cerros.
–Pero no se puede negar que hay personas detenidas después de actividades de campaña…
—Eso es cierto y lo rechazo rotundamente. En Venezuela no debería haber ningún tipo de preso por razones políticas como tampoco debería haber ningún tipo de inhabilitado. Yo rechazo de manera rotunda la inhabilitación y cualquier detención que tenga que ver con la cuestión política; yo he dicho y lo mantengo, en mi gobierno no habrá ni perseguido ni perseguidores. Yo he gobernado y he demostrado que somos capaces de tolerar la crítica, de aceptar la crítica, y de entenderlas como una manera positiva para corregir cualquier error que pueda presentarse. No todo el mundo es tan comprensivo cuando se le critica y eso incluye también a dirigentes de toda índole.
Por cierto, yo quiero rechazar públicamente la campaña brutal, bestial, que se abrió contra el gobernador Manuel Rosales y se lo expresé personalmente. Me parece que fue un absoluto atropello digital contra él y que no se lo merece. Eso también forma parte de lo que las ONG deberían intervenir o moderar, esas campañas digitales que desde cuentas -buena parte manipulables- se dedican a destruir reputaciones.
–¿Cómo está la estructura de la defensa del voto de AD en estos momentos?
—Nosotros para el referendo consultivo hicimos una primera simulación. Allí cargamos en el Consejo Nacional Electoral en la data 15.000 testigos aproximadamente de las 30.000 mesas de votación existentes. En este momento ya hemos completado el 100 por ciento de los testigos principales, suplentes y los coordinadores de centro de votación y empezamos el proceso de capacitación.
Ahora estamos fortaleciendo las estructuras, porque con la alianza con Copei ellos están suministrando sus propios testigos. Pretendemos tener, porque es posible por ley, por lo menos un testigo principal de AD y su suplente y un testigo principal de Copei, sin contar que en centros urbanos vamos a tener testigos de los otros cuatro partidos políticos que hasta hoy me apoyan. Con los que se sumen también, es decir, nosotros vamos a tener por lo menos entre cuatro y ocho personas en cada mesa cuidando nuestros votos.
Garantías constitucionales
Casi seis meses apartan la elección del 28 de julio con la toma constitucional del poder, en caso de que el ganador sea una figura diferente al gobernante Nicolás Maduro, quien aspira a su tercer mandato. ¿Garantías para ello? Luis Eduardo Martínez comenta que aún no ha tenido conversación formal con líderes del oficialismo sobre esta materia, pero confía en lo establecido en la Constitución.
«No tengo ninguna duda que producido el resultado electoral se va a activar un proceso de entrega en las condiciones que establece la ley, o sea esa hipótesis de que no van a entregar yo la descarto por completo porque conozco la dinámica de estos procesos y además sé, y lo digo con orgullo, que la Fuerza Armada venezolana va a actuar apegada a la Constitución, apegada a la institucionalidad, y ellos primero que nadie junto con la sociedad venezolana van a ser garante de que se produzca esa entrega del poder», afirma.
–Se habla de que podríamos estar frente a un proceso de transición, ¿Cree que estamos allí?
—Yo no creo en la transición per se, yo lo que creo es que se está frente a una elección, que el gobierno tiene que entregar y, que una vez que entregue, el nuevo gobierno que espero liderar asuma toda su responsabilidad. Procesos de transición como los que vivieron en España, Nicaragua, en Sudáfrica, atienden otras realidades. En Venezuela hay unas elecciones en la cual el Presidente de la República tendrá que entregar el poder Ejecutivo a sus sucesores.
–También está sobre la mesa una propuesta del presidente Gustavo Petro de que se firme entre los candidatos un acuerdo de garantías constitucionales.
—Yo me reuní con el embajador de Colombia, no puedo dar los detalles de la reunión, pero fue una reunión muy grata donde el centro fue la propuesta de Petro y de Lula. Yo le hice a él un comentario de que mi única observación es que los tiempos se precipitan. Creo que, después de hecha la propuesta por Petro y de alguna manera avalada por Itamaraty, ese proceso se ha enfriado y en la medida que se enfríe es bien difícil dentro de la dinámica de los acontecimientos en Venezuela que vuelva a ponerse sobre el tablero. Si se plantea, le dije al embajador, estaría de acuerdo en suscribir lo que se convenga que entiendo la propuesta se extiende hasta un referendo consultivo que se realizaría el mismo 28 de julio. Le dije al embajador que hay elementos técnicos y legales que hay que considerar y nosotros bajo ninguna circunstancia aceptaríamos que se produzca un diferimiento de las elecciones con la excusa de que hay que vincularlas a un referendo consultivo. Sí estoy de acuerdo, pero está a punto de convertirse en una propuesta que no va a poder ser ejecutada.
–¿Y está dispuesto a conversar con otros candidatos sobre este tema?
—Con todos los candidatos, si hay algo que disfruto mucho es conversando. Y no es que estaría dispuesto, es que estamos conversando. Ese es uno de los temas que coincidimos pero a todos les he dicho, con los que he conversado, que los tiempos se están agotando. Petro tiene bastantes problemas en su país que quizás lo distraen de una propuesta más allá de sus fronteras y en cuanto a Lula no he oído a su gobierno avanzar con esto. Insisto, si se llegara a concretar estaría bien pero la organización de un referendo consultivo tiene que atender a unos preceptos: hay que llevar la propuesta a la Asamblea Nacional, hay que discutirla allí, hay que aprobarla, hay que pasarla al CNE, luego estructurar la pregunta, luego volver a pasarla al CNE. El referendo consultivo de la Guayana Esequiba, y eso que era un proceso que nos debería unir a todos, tardó semanas en concretarse.
–¿Con qué mensaje le gustaría que se quedaran los venezolanos?
—Que voten, no importa por quién pero que voten. La única manera de dirimir pacíficamente el dilema del poder en Venezuela es votando. El nuevo gobierno gozará de la mayor legitimidad y tendrá la mayor autoridad en la medida en que la participación sea mayoritaria. Voten, no desperdicien esta gran oportunidad. Si hay un instrumento fundamental en democracia es el voto.