Mientras los seguidores de la candidatura unitaria recurren a nombres pesados en la industria musical, la campaña de reelección del chavismo se apoya en los supuestos logros de su gestión
Valentina Gil
¿Es posible combinar la política venezolana con Taylor Swift? Parecían dos entes aislados, hasta que el oficialismo esta semana lanzó la primera piedra: dijo que todos los fanáticos de la artista estadounidense son «blanquitos y ricos». Por supuesto, la tropa swiftie no se quedó con esas y ahora impulsan The Libertad Tour 2024 de Edmundo González, intercambiando friendship bracelets (pulseritas de la amistad). Con esos niveles de organización y convocatoria sueña el chavismo desde hace años:
Cualquiera se entusiasma con la noticia de que algún familiar o ser querido en el extranjero regresa al país de visita. Ahora imagina si te dicen que es para votar en las presidenciales. Como dice Cardenales del Éxito: Siento un nudo en la garganta y el corazón se me salta. Claro, lo ideal sería que los venezolanos pudiéramos votar desde cualquier parte del mundo, pero bueno. Son detalles:
Venezuela parece ser el único país en que precariedad laboral es sinónimo de emprendimiento. O al menos eso es lo que piensa el oficialismo, que quiso hacer una gracia y le salió una morisqueta mostrando a un profesor que tiene que vender chicha para «rebuscarse», porque su profesión no le da para vivir: