El Centro Carter dijo que la campaña se desarrolló «con un notable desequilibrio a favor del gobierno en todos los campos». Allí recordaron la preponderancia de la candidatura de Nicolás Maduro en radio, televisión, cobertura noticiosa y publicidad
Andrea González / Runrunes
Los observadores electorales del Centro Carter concluyeron este martes, 30 de julio, que la elección presidencial de Venezuela “no puede ser considerada como democrática” por no adecuarse a parámetros y estándares internacionales “de integridad electoral”.
A través de un comunicado, la organización señaló que no pudo verificar o corroborar la autenticidad de los resultados que emitió el Consejo Nacional Electoral y calificó como una “grave violación de los principios electorales” que el ente comicial no publique resultados desglosados.
“El proceso electoral de Venezuela en 2024 no ha alcanzado los estándares internacionales de integridad electoral en ninguna de sus etapas relevantes y ha infringido numerosos preceptos de la propia legislación nacional”, denunció el Centro Carter.
«Para la organización, la elección presidencial se desarrolló “en un ambiente de libertades restringidas en detrimento de actores políticos, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación”. A eso recordaron que, a lo largo del proceso electoral, las autoridades del CNE “mostraron parcialidad a favor del oficialismo y en contra de las candidaturas de la oposición”.
También recordaron los obstáculos para la actualización del Registro Electoral, específicamente de venezolanos en el extranjero, lo que se tradujo “en cifras muy bajas de nuevos votantes en el exterior”.
El Centro Carter se refirió además a la intervención de partidos políticos y que la candidatura de las principales fuerzas de la oposición se halló “sujeta a la discrecionalidad de las autoridades electorales que adoptaron decisiones sin respetar principios jurídicos básicos”.
En cuanto a la campaña electoral, según el Centro Carter esta se desarrolló “con un notable desequilibrio a favor del gobierno en todos los campos”. Allí recordaron la preponderancia de la candidatura de Nicolás Maduro en radio, televisión, cobertura noticiosa y publicidad.
“Las autoridades intentaron restringir las campañas de la oposición, incluyendo la persecución e intimidación de personas que prestaron servicios o vendieron bienes para el proselitismo opositor para generar un efecto disuasivo”, sumó el texto.
Sin embargo, el Centro Carter consideró que el 28 de julio los ciudadanos se movilizaron “masiva y pacíficamente” y la jornada transcurrió de manera cívica a pesar de múltiples restricciones en el acceso a centros de votación, sobre todo de los testigos de los partidos.
“En el número limitado de recintos visitados, los equipos de observadores del Centro Carter comprobaron la voluntad de la ciudadanía venezolana por participar en un proceso electoral democrático y demostrando su compromiso cívico como integrantes de mesa, testigos de partidos observadores. Estos esfuerzos fueron desmerecidos por la ausencia de transparencia del CNE en la difusión de los resultados”.