Los comandos de campaña de los dos candidatos que polarizan la intención de voto parecieran tener la misma preocupación. En discursos, concentraciones y recorridos reiteran la necesidad de la acción y el protagonismo que van a tener los ciudadanos el día de la elección presidencia
Ibrahim López Piñero
Tres objetivos pidió cumplir Nicolás Maduro a la militancia chavista, tres tareas asignó María Corina Machado a los ciudadanos que quieren un cambio político. Aunque ambos dirigentes han asegurado públicamente que la elección presidencial del 28 de julio es “una lucha espiritual”, ambas tríadas están lejos de relacionarse con la Santísima Trinidad: se vinculan más bien a la incertidumbre de la victoria.
Este domingo 9 de junio, el aspirante a la relección y presidente en ejercicio de Venezuela pidió al chavismo que la maquinaria electoral del Gran Polo Patriótico (GPP) se reafirme sobre convencer, motivar y organizar. Durante una reunión con su comando de campaña “Venezuela Nuestra”, Nicolás Maduro detalló que esos tres elementos se van a apuntalar con programas y movimientos sociales, misiones y partidos del Gran Polo Patriótico que, hasta ahora, no formaban parte de la estructura electoral del PSUV.
“La maquinaria del 1×10 del PSUV ha sido siempre una buena maquinaria, pero ahora apunta a ser una poderosa maquinaria. He recibido propuestas del Gran Polo Patriótico, de los movimientos, de los CLAP, de las misiones y bases de misiones, que se quieren sumar al 1×10. Entonces anuncio la constitución de una nueva maquinaria más amplia que va a ser el 1x10x7”, indicó.
Edmundo González, candidato por las tarjetas Mesa de la Unidad Democrática, Un Nuevo Tiempo y Movimiento Por Venezuela, dijo a mediados de mayo que el triunfalismo era el peor enemigo de una campaña electoral, mientras que la dirigente de Vente Venezuela, María Corina Machado asignó en ese sentido tres tareas a quienes se identifican con la oposición: verificar sus datos en el Registro Electoral (RE), validar si fue seleccionado como miembro de mesa y familiarizarse con el tarjetón electoral.
Una lucha más terrenal que espiritual
Aunque las tareas y objetivos que han asignado el chavismo y la oposición a su militancia son diferentes de forma y contenido, ambas estrategias están orientadas a organizar sus estructuras electorales.
Mariana Bacalao, investigadora de opinión pública y experta en análisis estratégico, afirmó que el referéndum por el Esequibo, realizado en diciembre de 2023, reveló los problemas de movilización que tiene el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en sus bases electorales.
“Eso revela otro de los grandes desafíos que confronta el PSUV de cara a este proceso electoral y es el aumento de lo que en opinión pública se conoce como opiniones encubiertas. La gente arma el 1×10, se anota en listas para no perder la oportunidad de algún beneficio o evitar represalias, pero o se abstienen (que fue el caso del referéndum) o votan por alguien diferente; lo cual, para la presidencial de julio 2024, se traduciría en mayores probabilidades de votantes que fueron chavistas que migren hacia el candidato de la Plataforma Unitaria”.
Advierte la docente universitaria que los electores no miran este proceso con ingenuidad y que han decidido ejercer su libertad a pesar de las presiones, practicando una forma de rebelión privada. Señala que en la acera de enfrente están las tareas encomendadas por la Plataforma Unitaria, más vinculadas a una organización electoral que ofrezca las garantías necesarias para la defensa del voto. Subraya que en materia electoral es fundamental construir puentes que permitan transformar el entusiasmo de las concentraciones ciudadanas en votos.
“En teoría de opinión pública correspondería a la fase de opinión manifiesta, en la cual la gente se mueve y ejecuta acciones concretas que materializan su participación. En el caso de este proceso electoral en Venezuela, esto cobra especial relevancia porque sabemos que no son unas elecciones competitivas y que los factores de poder ejercen un abanico de formas de violencia política que pareciera estar siempre renovándose”, afirma.
Carmen Beatriz Fernández, experta en comunicación política y campañas electorales, considera que en el caso del chavismo los tres objetivos planteados responden al alto nivel de rechazo que tiene el candidato a la relección y a la necesidad de recuperar su base electoral. “Su función es aceitar esa maquinaria que tiene tantos problemas, y que ha venido demostrándose por la vía de los hechos que tiene problemas serios de desmotivación y pérdida de capacidad de ejecución. Lo vimos en los simulacros que se han dado, en el referéndum del Esequibo. Entonces ese 1×10 aceitado con plata es la herramienta de control electoral y coacción electoral”
Señala Fernández que el uso de la imagen de Hugo Chávez y la fecha de la elección están orientados a recuperar los votos duros. También destaca que la campaña de Nicolás Maduro se está comportando de manera reactiva por las dificultades inherentes a sus bajos márgenes de popularidad. En ese sentido, subraya que las promesas electorales, como el aumento de pensiones, llevar a los adultos mayores a Los Roques y la distribución de recursos entre movimientos sociales buscan captar un voto clientelar.
“No acciona sino que reacciona a la campaña de Edmundo González Urrutia y María Corina Machado. No solamente en términos de puestas en escena, de oportunidades fotográficas para mostrar baños de pueblo y amplio contacto con la gente, sino también, y eso es algo muy notable, en el itinerario: ese seguimiento de las rutas de María Corina por parte de un tercero, como es Diosdado Cabello, lo que te está mostrando en ese manejo de incentivos y desincentivos que ofrece la campaña de Maduro, también hay unos desincentivos relacionados con el garrote, con intimidar, meter miedo a su propia maquinaria. Tratando de que no se les desvíe su estructura del partido”, profundiza Fernández.
Articulación ciudadana
La profesora María Bacalao, docente de pregrado y postgrado en Opinión Pública, indica que estamos presenciando una importante construcción de redes ciudadanas que se articulan en función del evento electoral. “La creación de mecanismos informales e innovadores que facilitan la participación y la defensa del voto desde diferentes roles, están permitiendo canalizar y articular los deseos de la gente por ser agentes del cambio que anhelan y esa es otra manera de manifestarlo”, apunta.
En contraste, señala que la campaña del Gran Polo Patriótico tiene dificultad para sintonizarse con las aspiraciones de la gente producto de un desgaste importante en la imagen de Nicolás Maduro. La docente cree que los objetivos de convencer, motivar y organizar serán difíciles de lograr.
“Pero el principal obstáculo es justamente que hace años que no convence, no hay credibilidad. Por eso, a pesar de que su operación 1×10 está integrada por figuras claves en el sistema CLAP, las diferentes misiones y hasta las universidades y las milicias; a nivel macro perdieron la capacidad de generar esperanza. No existe ya la posibilidad real de controlar eso que han denominado el voto seguro”.
“Cursos” para votantes
Los partidos y organizaciones que respaldan a los candidatos que polarizan la intención de voto, también han desarrollado actividades de calle para enseñar a los ciudadanos cómo votar por el aspirante de su preferencia ubicándolo en el tarjetón electoral o cómo contribuir a la transparencia de la elección.
Por ejemplo, Primero Justicia (PJ) en resistencia (no intervenido por el TSJ) informó que 1.700 militantes hicieron más de 300 recorridos en todo el país para enseñar cómo se cuida el voto en una actividad que denominaron “Edmundo visita tu casa”. De acuerdo a una nota de prensa publicada por ese partido, recorrieron 179 municipios de los estados Mérida, Miranda, Zulia, Portuguesa, Distrito Capital, Aragua, Táchira, Bolívar, Falcón, Yaracuy, Apure, Sucre, Lara, Nueva Esparta, Carabobo, Guárico, Anzoátegui y Barinas.
A pesar de que la imagen de Nicolás Maduro aparece 13 veces en el tarjetón electoral ocupando principalmente la línea superior, dos puestos de la segunda y uno de la tercera, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) también ha desplegado una campaña informativa en el país para reforzar la intención de voto hacia candidato a la relección. Eduardo Piñate, enlace político estadal del PSUV, hizo un recorrido casa por casa en la comunidad Santa Rufina del estado Apure con ese objetivo.
La estructura electoral del PSUV también está constantemente sometida a verificación y auditoría: el pasado domingo 9 de junio hubo un simulacro nacional del llamado 1×10; un método que consiste en la construcción de listas progresivas para tener control sobre la intención de voto de su militancia.