La Red de Observación Electoral Asamblea de Educación resumió los hallazgos que hicieron expertos informáticos de diversas universidades nacionales del país al inspeccionar el funcionamiento de las máquinas con las que votan los ciudadanos
Valentina Gil
Cuando la nueva directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE) se instaló en mayo, el presidente Pedro Calzadilla manifestó que su equipo de trabajo acordaría el establecimiento de nuevas condiciones ante las elecciones del 21 de noviembre. Una de ellas fue la implementación de una auditoría al Sistema Automatizado de Votación, la cual culminó el pasado viernes 2 de julio.
Expertos de diversas universidades nacionales en las áreas de informática y ciencias de la computación realizaron una auditoría integral del sistema de votación electrónica en Venezuela. La actividad, prevista en el cronograma electoral, se realizó a todos los elementos que componen el sistema automatizado de votación, desde los mecanismos de identificación biométrica del elector, hasta el software y hardware de la máquina de votación, la seguridad de las mismas y la infraestructura de transmisión de datos a los centros de totalización.
Estas fueron las conclusiones, resumidas por la ROAE:
- Hay bases de datos diferentes para almacenar la información del votante y sobre su elección, por lo que se garantiza el secreto del voto.
- La base de datos está hecha de tal forma que no es posible almacenar más de un voto por cada cargo para cada elector.
- Tanto la información de los votos como la de los votantes se encripta en cuanto son almacenadas.
- En el supuesto de que la máquina de votación cayera en manos equivocadas, sería imposible acceder a la información interna. Solo es posible con el software de la máquina de votación, al cual ni siquiera tienen acceso los miembros de mesa.
- La máquina de votación no se comunica con ningún otro software ni dispositivo durante el proceso de votación. La transmisión a los Centros de Totalización es mediante un canal cifrado.
- Las claves de las bases de datos del sistema cumplen los estándares aceptados de seguridad, en cuanto a tamaño de claves y algoritmo de encriptación. Dichas claves son desconocidas para los miembros de mesa e incluso para el personal del CNE.
- Una vez que el software auditado es aceptado por los actores políticos, no se puede modificar, a menos que se haga desde el mismo software.