Abanderados de partidos políticos para las elecciones del 21 de noviembre hacen campaña para presentar propuestas a los ciudadanos que, en muchos casos, están fuera de su alcance
Jhonattan González
Promesas van, promesas vienen. Aunque el cronograma electoral especifica que las actividades de campaña comienzan oficialmente el 28 de octubre y finalizan el 18 de noviembre, candidatos de todas las tendencias políticas realizan recorridos y actos para presentar gran cantidad de propuestas a los ciudadanos.
¿Lo más recurrente? Los candidatos ofrecen solucionar los problemas cotidianos y los más cercanos a la gente, por ejemplo, de agua y electricidad, según monitoreo del Guachimán Electoral. Sin embargo, ¿es posible para alcaldes y gobernadores electos ejecutar estas ofertas?
Sobre la profunda crisis de agua y los constantes apagones que sufren a diario los venezolanos, abanderados para el 21 de noviembre prometen pozos de agua o grandes inversiones en las redes de suministro eléctrico.
Alí Daniels, director de la ONG Acceso a la Justicia, explicó que desde el punto de vista técnico presupuestario, en el caso de los gobernadores, hay pocos ingresos propios, situación que los lleva a depender prácticamente en su totalidad del presupuesto nacional que les otorgan.
Detalla que los candidatos a mandatarios regionales tendrían que hacer una promesa muy explícita y, en este caso de las regionales 2021, los discursos hablan de cosas muy genéricas para no comprometerse.
Con respecto a las alcaldías, Daniels señala que solo en el caso de municipios con grandes posibilidades económicas, como Chacao, en el estado Miranda, se podrían ejecutar mejoras en servicios como el aseo urbano o seguridad ciudadana, pero aclara que solo son circunstancias puntuales, puesto que la mayoría de las alcaldías no tiene grandes ingresos y ahí tendrían que depender mucho de lo que le manden desde Miraflores.
Para el politólogo Fernando Spiritto, la contienda del 21 de noviembre no servirá de puente para solucionar los problemas de la gente. “Estas elecciones son para que el gobierno pueda mantener una especie de viso de legitimidad democrática, para cumplir un requisito y, por parte de la oposición, para tratar de insuflar oxígeno en algunos sectores que están haciendo política”.
Puntualiza que los grandes sistemas de servicios públicos por redes, como electricidad y agua, requieren una tremenda coordinación a escala nacional, lo cual no se va a resolver con estas elecciones, porque requieren financiamiento grande, conocimiento técnico, marco regulatorio para permitir inversión internacional y eso no es posible en este momento.
La larga lista de difícil de cumplir
–Suministro de agua y electricidad: En este particular, ni siquiera los grandes municipios pueden resolver el problema, porque exige inversiones que exceden cualquier presupuesto en sistemas de bomba, tuberías y personal permanente.
–Gas doméstico: no puede ser cumplido porque está centralizado. Si Pdvsa, empresa encargada del gas, no produce lo suficiente, el candidato que asegure que lo va a mejorar compromete su credibilidad.
–Vivienda: es posible que haya algún municipio o gobernación que construya algunas, pero eso requiere de unas inversiones muy grandes que no están al alcance. Además, la mayoría de las construcciones están centralizadas por la Gran Misión Vivienda Venezuela.
–Reparación de calles: privan los contactos y relaciones que puedan tener los funcionarios electos con el proveedor del asfalto. También del presupuesto.
–Subir el sueldo a los funcionarios públicos: Depende de los recursos del situado constitucional, el cual se calcula en bolívares, moneda pulverizada por la hiperinflación.
–Sistema de salud con atención primaria: La red de hospitales está controlada por el Ministerio de Salud y el Seguro Social. En ese sentido, la promesa está fuera del alcance de un funcionario electo para cargo regional o municipal.
– Recuperar escuelas y aumentar salario de maestros: Tampoco tienen competencia, puesto que planteles públicos y profesores dependen de la red que maneja directamente el Ministerio de Educación.
– Créditos internacionales: Candidatos han prometido a sus seguidores tocar la puerta de bancos en el exterior para buscar financiamiento. Para que esto ocurra, deben sortear una gran cantidad de trámites y pasar exhaustivas pruebas, además de lo complejo de realizar transacciones con el extranjero debido a las sanciones.
– Suministro de gasolina: Ante la escasez de combustible, hay aspirantes que en medio de sus recorridos prometen un “cambio” respecto a esta situación, que provoca grandes colas y pagos a sobreprecio. De entrada, es poco realista esta ofrenda, cuando es Pdvsa y el Ministerio de Energía y Petróleo los que se encargan de la producción y distribución del carburante.
Prometer y prometer
El abogado constitucionalista Juan Manuel Rafalli señaló que cualquier oferta electoral hay que tomarla en el marco de una campaña donde los candidatos ofrecen villas y castillos, aunque saben que tienen limitaciones no solo funcionales, sino también desde el punto de vista presupuestario.
“He visto promesas que no son competencias de los funcionarios a ser electos como, por ejemplo, aumentar el sueldo a los trabajadores. No puedes caer en eso, porque estás haciendo demagogia pura y dura. No estás adecuándote a la realidad de lo que tú funcionalmente puedes hacer y presupuestariamente, si no que estás tirando esa red a ver qué elector cae”.
Por su parte, Spiritto considera que el proceso electoral y la concreción de las ofertas de candidatos debería ser el resultado de una descentralización vigorosa, lo cual no existe en la actualidad. Explica que la descentralización es una figura político-constitucional muy importante que sirve para distribuir el poder en una sociedad democrática, pero también para implementar políticas públicas que solucionen los problemas de la población.
“Uno de los rasgos claves del chavismo fue su oposición tremenda a la descentralización. Si en algo ha sido consistente el gobierno chavista-madurista es en la destrucción de la descentralización”, resalta Spiritto.
Rafalli apuntó que el trabajo de los gobernadores y alcaldes tiene que ser producto de una coordinación con unas políticas públicas nacionales que no son impuestas, pero sí tienen que tratar de estar alineadas o coherentes. Sin embargo, destaca que la Ley del Consejo Federal de Gobierno se desnaturalizó y hay una especie de tutelaje de esa instancia sobre planes y proyectos que son de las gobernaciones y alcaldías, porque lo que quieren es someterlos a los designios del Plan de la Patria.
Ante el papel de los ciudadanos con respecto a la oferta electoral de los candidatos, Daniels refiere que la mayoría de la población no está consciente ni sabe cómo se maneja el tema presupuestario y se dejan llevar por las promesas, por lo que recomendó a los votantes verificar el cumplimiento.
“En el caso de los municipios, los ciudadanos tienen más elementos para juzgar la acción de los funcionarios porque está el aseo urbano, los semáforos, así que pueden valorar cómo funciona. Ahí haría falta que los líderes comunales tomen el compromiso y exijan que cumplan con las necesidades de las comunidades”, finalizó.