Expertos apuntan a que los candidatos deben motivar, pero siendo realistas con los ciudadanos sobre posibles obstáculos que se puedan presentar para un feliz desarrollo del proceso interno opositor ¿La clave? Actuación cohesionada y unitaria.
Luisa Quintero
El 22 de agosto inició la campaña electoral para las primarias opositoras, donde 13 candidatos esperan definir quién será el abanderado –inhabilitados de por medio- de la oposición para las elecciones presidenciales, previstas para 2024. La participación ciudadana en estos comicios, opinan analistas, dependerá en gran medida de los obstáculos que enfrenten los dirigentes más que la campaña que puedan desarrollar por sí mismos hasta el 20 de octubre.
Los actos para el inicio de la campaña se desarrollaron sin grandes despliegues logísticos: ruedas de prensa, juramentación de equipos y reuniones con sectores específicos fueron los métodos usados por seis candidatos. Roberto Enríquez y Luis “Baló” Farías aprovecharon para presentar su programa de gobierno, el primero por vía presencial y el segundo por la digital.
Según el estudio de coyuntura electoral, elaborado por la encuestadora Delphos, de junio de 2023. a 1.200 personas en todo el país, 67,1% de los consultados respondió que está dispuesto a votar en las primarias opositoras, mientras que 14,4% dijo no estar motivado para esos comicios y 18,6% expresó que “jamás votaría en esas primarias”.
Los convencidos de participar aumentaron 21% desde noviembre del año pasado, según los datos obtenidos por Delphos. Al llevar la consulta por definición política, resalta que 6,1% de los que se identifican dentro del chavismo duro están seguros de votar en estos comicios opositores. El número crece si se le pregunta a los chavistas “blandos” (24,8%) y aquellos que no se inclinan a ningún factor (28%).
Para Saúl Cabrera, analista político y presidente de Consultores 21, hubo un comienzo “un poco flojo de las primarias”, pero destaca que la participación del electorado responde más al propio avance con la ausencia de algunas candidaturas, como la sustitución de Juan Guaidó por amenazas y el retiro de Benjamín Rausseo, la confirmación de otras, como María Corina Machado, y las propias amenazas que enfrentan estos comicios; que lo que puedan movilizar los propios partidos con la campaña.
En Consultores 21, según las encuestas que han realizado desde el año pasado, más de la mitad de los electores que se identifican como opositores demuestran interés en la escogencia de un candidato en estos comicios. 16% está seguro de participar en el proceso de primarias, lo que termina siendo alrededor de tres millones de personas sin contar el voto en el exterior, explica Cabrera.
De concretarse este número de participación, asegura, sería un “éxito” para este tipo de eventos electorales. Además sostiene que si la participación ciudadana rebasa estas estimaciones crearía problemas para la propia Comisión Nacional de Primaria, que adelanta unas primarias autogestionadas tras la negativa del CNE y con retos en cuanto a la formación del personal electoral para el 22 de octubre.
Este es un proceso que ha ido poco a poco incrementando el interés de la gente en producir un cambio de régimen por la situación país y, al mismo tiempo, ha ido corrigiendo de a poco la propia crisis de representatividad del sector opositor venezolano, señala el politólogo Gonzalo González.
“El escenario político se ha ido oxigenando por la motivación a un cambio político (…) La oposición ha ido corrigiendo poco a poco sus carencias para enfrentar al régimen y, de alguna manera, la crisis de representatividad que habían estado padeciendo por sus errores se ha ido reduciendo. Se ha canalizado una suerte de empatía en la cual, la escogencia de un candidato ha creado una empatía favorable”, reitera.
González enfatiza en que estos comicios “deben salir bien” para garantizar ese camino al cambio político, y ello implica que la propia Comisión pueda garantizar la participación de un sector importante de la población pese a los obstáculos logísticos que este tipo de eventos encierra, además de las amenazas que exhiba la administración de Nicolás Maduro en el camino.
Motivar con unidad
El politólogo Gonzalo González recomienda a los candidatos “incentivar con esperanza”, una cuestión que no solo implica comunicar eficazmente la posibilidad de un cambio político, sino mantener expectativas reales a la población sobre las dificultades en el camino. “Hay que hablar claro en relación a lo que vendría nuevamente, un cambio de calidad en la situación, pero con un proceso de transición que va a llevar tiempo a partir del punto de quiebre que representa una elección presidencial”.
También llama la atención sobre una actuación cohesionada y unitaria. En esto coincide el analista Saúl Cabrera, quien alerta de un posible fraccionamiento del propio voto opositor en las presidenciales de 2024 si los candidatos se decantan por mantener agendas personalistas.
“Hay que meter en la conciencia de los candidatos que este es un proceso unitario, es decir, que el valor a preservar es la unidad. El elector opositor sabe que si hay un solo candidato, tienen mayor probabilidad de ganar una elección (presidencial)”, afirma.