El camino hacia un posible consenso pasa por el costo político y la profundización de las diferencias

Para elegir al candidato unitario por acuerdo, los expertos consideran que debe haber un alto compromiso y desprendimiento por parte de los partidos políticos. También es necesario que el consenso goce de legitimidad y refleje las preferencias de los electores

Valentina Gil

Cada vez falta menos para el 22 de octubre y, a medida que se acerca la fecha, surgen nuevas trabas para la primaria. Problemas logísticos, falta de asistencia técnica, desinformación sobre el proceso y una posible acción legal o represora amenazan laten para el normal desarrollo de los comicios.

Ante este escenario de incertidumbre, surge la duda sobre si se puede llevar adelante o no la elección. En caso de que no suceda, un consenso entre partidos podría ser una alternativa para definir al candidato unitario. Sin embargo, es un escenario complejo, de acuerdo con los expertos consultados por el Guachimán Electoral, que se resume en: un alto costo frente a los electores y que se profundicen las diferencias entre la oposición.

Según el politólogo Benigno Alarcón, de haber un acuerdo, lo fundamental es que goce de legitimidad. “Tiene que reflejar, en buena medida, lo que la gente reclama y quiere. Si resulta que de esa negociación sale Pedro Pérez, que nadie estaba pensando en él, al final del día nadie respetará ese acuerdo. Los que negocian van a mantener sus aspiraciones y los que no negociaron, harán caso omiso de este acuerdo y votarán por quien quieran votar”. 

Jesús Castellanos, experto en temas electorales, agrega que en el hipotético caso no solo se debería tomar en cuenta los deseos de las facciones opositoras. También se debería incluir a la sociedad civil, regiones, iglesia, academia, disidencia del chavismo, entre otros actores. A su vez, requeriría de un alto compromiso y desprendimiento por parte de los partidos políticos. 

Pero el politólogo señala que el discurso del régimen de debilidad de la primaria y de la oposición, los múltiples ataques desde otros sectores, e inclusive cómo está la campaña y los números de las encuestas, dificultan las posibilidades de lograr acuerdos.

“En ese mismo marco debe plantearse un plan en caso que el régimen inhabilite al candidato que resulte por la vía adoptada. La planificación ante diferentes escenarios debería estar planteada desde ya, pues ante la enorme incertidumbre que existe en Venezuela, cualquier escenario es factible”, acotó.

El costo político de elegir candidato por acuerdo 

Ambos expertos insisten en que es necesario hacer todo lo posible para allanar el camino a la elección primaria, porque tratar de convencer a la gente de que vote, en las presidenciales, por alguien que es producto de una negociación puede resultar cuesta arriba. 

En el peor de los casos, si el acuerdo no refleja lo que la gente hubiera esperado que sucediera en una primaria, entonces puede que haya niveles de abstención muy altos, de acuerdo con Alarcón. 

Para ello, Daniel Varnagy, doctor en Ciencias Políticas, sugiere tomar en cuenta los estudios de opinión pública, que demuestran quién lidera las preferencias de los electores. Si bien firmas como ORC consultores, Meganálisis, Delphos y Consultores 21 ubican a María Corina Machado como la candidata con mayor ventaja, su inscripción en el CNE está condicionada por una inhabilitación política. 

“Desde el punto de vista estrictamente jurídico, esa inhabilitación es írrita, porque no cumplió ni con los pasos ni con los procedimientos ni con el tiempo que requería la misma para que estuviese vigente hasta la fecha de hoy. Desde el punto de vista político, aceptar socialmente una inhabilitación que no cumple con los requisitos legales significa hacerle el juego a quien hizo la inhabilitación. Tenemos que recordar que también hay otras fuerzas que están interviniendo tanto nacionales como internacionales en negociar esa inhabilitación”, agregó Varnagy. 

Desacuerdos

Pero también está el riesgo de que un acuerdo profundice las diferencias internas de la oposición, ya que no todos los candidatos a la primaria aprueban una alternativa a la primaria. 

La abanderada de Vente Venezuela, María Corina Machado, por ejemplo, dijo que no renunciaría a su candidatura en pro de elegir a un representante por acuerdos. Carlos Prosperi manifestó que “la mejor herramienta era que el pueblo escogiera quién era su candidato”. Andrés Velásquez, líder de La Causa R, también descartó el consenso para elegir al candidato unitario, al igual que el candidato César Pérez Vivas.

Aunque Delsa Solórzano decía que era “inaceptable” la designación a dedo de un candidato, sí ha insistido sobre la necesidad de que los candidatos se reúnan y construyan un plan B en caso de que el ganador de las primarias esté inhabilitado. En esa misma línea, Tamara Adrián declaró que “sería absolutamente una falta de conciencia política el no llegar a un acuerdo” ante las inhabilitaciones. 

Freddy Superlano, igualmente, propuso un acuerdo político ante un panorama de inhabilitaciones y de suspensión de las elecciones. Sin embargo, la conversación sobre estrategias alternativas se ha quedado solo en las peticiones.