Desde que comenzó 2020, y en medio de la crisis del coronavirus, más de 50 países han realizado votaciones, en condiciones seguras o no, mientras que más de 70 han reprogramado las fechas o suspendido de manera indefinida sus citas electorales.
Roger Ruiz Herrera
La propagación del coronavirus a escala mundial ha resultado un desafío imperioso para los gobiernos, sociedades y sistemas democráticos del mundo. No en vano la pandemia afecta en profundidad aspectos fundamentales de la vida social de las personas limitando su presencia en reuniones y encuentros públicos de todo tipo. Los procesos electorales no han sido la excepción. En ese sentido, el virus no demoró en poner a prueba las democracias -y no tan democracias- y sus sistemas electorales, además de motivar nuevos mecanismos y estrategias para realizar elecciones de forma segura.
De acuerdo con los datos del Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA International), más de 70 países decidieron posponer comicios de todo tipo y más de 50 los han celebrado en plena pandemia por COVID-19. Se establecieron en muchos de los comicios medidas como: el uso generalizado de mascarilla, distancia de 1,5 metros en las filas, toma de temperatura antes de pasar a votar, uso de desinfectante en las manos, limpieza constante de todos los muebles e instrumentos.
Hay cuatro grandes grupos:
· Países que ya se arriesgaron:
En este grupo destacan Corea del Sur, Singapur y Taiwán, que realizaron sus procesos electorales bajo estrictísimas medidas sanitarias para garantizar la seguridad de sus ciudadanos. En contraste, Irán, Benín y Bangladesh hicieron caso omiso de las advertencias de sus organismos de salud nacional para impulsar las votaciones en las fechas previstas. Rusia y Alemania aprobaron un sistema de votación a distancia, por vías postal y correo electrónico para preservar la salud de sus ciudadanos.
República Dominicana fue uno de los países que permitió el voto de las personas infectadas por el virus; mientras que en España esas personas tenían prohibido participar en la cita electoral. En Estados Unidos, demócratas y republicanos recibieron muchas críticas por hacer mítines políticos y asambleas en tiempos de amenaza del virus, por lo que en muchos estados se suspendieron las actividades políticas, mientras que en otros siguieron adelante con el cronograma previsto pensando en las próximas elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
· Países que se achantan
Para no tomar riesgos, con lamentables costos sanitarios en su población, muchas naciones optaron por postergar sus comicios, bien sea hasta que el número de infectados por COVID-19 disminuya, que los Estados puedan garantizar la seguridad de los votantes a la hora de acudir a la convocatoria electoral o por problemas políticos (como en Hong Kong) ajenos al contexto pandémico.
Con una, dos o hasta tres reprogramaciones más de 30 naciones a escala global, conscientes de que el virus no se irá de manera tan fácil, aplazaron sus respectivas votaciones hasta que las condiciones sean favorables.
· Países que van a elecciones según lo planificaron
A finales de este año quedan por efectuarse muchas de las elecciones a escala internacional. Las fechas previstas originalmente, a varios meses de que se decretara el estado de alarma en varias partes del mundo, han permitido a muchos de los gobiernos y consejos electorales de cada país prepararse para afrontar comicios con el virus aún presente. En este grupo entra Venezuela.
· Los sin fecha
En esta categoría ingresan los países que no celebrarán elecciones hasta nuevo aviso. Entre las razones de la suspensión temporal e indefinida de los comicios se encuentran la falta de preparativos para proporcionar un ambiente seguro a los electores, la delicada situación sanitaria, la inestabilidad política, los regímenes autoritarios, entre otras.
Los casos exitosos de algunos países asiáticos y europeos demuestran que es posible celebrar sufragios en plena pandemia. Sin embargo, no todos los países se encuentran en las mismas condiciones sanitarias, económicas, sociales, tecnológicas y políticas como para celebrar elecciones en medio de la crisis sanitaria global más importante de los últimos tiempos.
“Las secuelas de la pandemia, las altas posibilidades de contagio con la interacción humana, el riesgo de muerte, la aplicación de las medidas restrictivas, ponen serias dificultades en la organización de los procesos comiciales, por lo que deben analizarse alternativas democráticas para que no se vea lesionada la legitimidad de origen de los gobernantes, las transiciones democráticas, la alternancia de sus autoridades y la duración de los períodos de gobierno”, dijo al respecto Luis Almagro, Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), en el prólogo de la “Guía para organizar elecciones en tiempos de pandemia” publicada por el organismo internacional.