La campaña preelectoral de los candidatos oficialistas ha beneficiado a comunidades indígenas que se mantenían sin energía eléctrica, desde hace cinco u ocho años. No obstante, muchas comunidades de la entidad aún no pueden disfrutar del servicio
Melquiades Ávila
Las pre actividades de la precampaña de los candidatos oficialistas, encabezada por Pedro Carreño y la gobernadora Lizeta Hernández iniciaron sus maquinarias de difusión propagandística con la reparación de los generadores eléctricos que se mantienen con desperfectos mecánicos desde hace seis a ocho en las comunidades indígenas del estado Delta Amacuro.
Hasta este fin de semana, tres comunidades con importante población electoral fueron beneficiadas con la reparación de las plantas eléctricas que se encontraban sin repuestos para sus funcionamiento. Las comunidades de Curiapo, capital del municipio Antonio Díaz, estuvieron entre las primeras que lograron luz eléctrica y la señal telefónica como iniciativa de las ofertas electorales.
San Francisco de Guayo es una comunidad con una población electoral de 1.500 votantes indígenas, y se encontraba sin energía eléctrica desde hace cuatro años aproximadamente, y sin señal telefónica por el desperfecto de los equipos desde hace cinco años. De acuerdo al testimonio de Jaime Sánchez, la población ya no tenía esperanza de la reparación del generador eléctrico y de la señal telefónica. Sánchez asegura que solo con el inicio de las campañas por la cercanía de las elecciones se logró como por arte de magia la reparación de las mismas.
De acuerdo a una fuente cercana a la gobernación del estado Delta Amacuro, otra población como la de Araguaimujo, caserío ubicado a cuatro horas de Tucupita con desplazamiento de una lancha rápida, también le fue dotado de luz eléctrica. Sus habitantes señalaban oscuridad total desde hace cuatro años.
Sin embargo, muchas comunidades alejadas de la capital deltana, sus habitantes esperan por la rehabilitación de las plantas eléctricas para tener, por lo menos, los días decembrinos con noches alumbradas. Asimismo, Importantes caseríos como Bonoina, Nabasanuka, Araguabisi y otras 220 comunidades diseminadas en la desembocadura del Orinoco esperan por la reparación de sus generadores eléctricos.